Más imágenes de la fiesta de Bernardo

Aquí, otros momentos de la super fiesta de cumpleaños de Bernardo, cuya super producción fue apoyada por los super ayudantes de Claudia: Quique, Luis, Lorena y Verónica (en la foto), quienes también se caracterizaron con el super cotillón.

La fiesta de Bernardo

Bernardo Lilayu celebró su cumpleaños de una forma muy especial. Invitó a sus familiares a reunirse en la casa de Claudia, en Pisco Elqui, en una fiesta de disfraces. La verdad es que tuvo un éxito rotundo en su convocatoria, los invitados no arrugaron en su producción y así mismo resultó la fiesta. Puede pasar el tiempo, podemos vivir en ciudades distantes, pero cuando hay ánimo y ganas de reunirse en familia, se logran momentos únicos y memorables...esta vez, con ¡tres generaciones reunidas!

Los asistentes de la familia: Bernardo (el cumpleañero), Claudia (diabla), Alexia (gatúbela), Mileen (fantasía del valle), Rosa (bruja), Rebeca (gasparín), Enrique (sultán), Daniel (reo), Ani (señora de los años 20), Pata (gitana), Alvaro (monje franciscano), Gonzalo (jeque árabe), Pedro (joven príncipe), Dani (odalisca), Rocío (rumbera), Esteban (mosquetero), José (gran bufón), Teresa (china misteriosa), Ricardo (marino), Fernando (chica autóctona y deshinibida), César (chascón fiestero), Francisco (monje del mal), Marcela Paz (joven polinésica), René (gran jefe indio), Moni- Edith (señora del gran jefe indio), Consuelo (señorita can-can), Cristián (vaquero) y Alejandro (pequeño bufón). También estuvieron presentes amigas de Claudia y Araceli, amiga de Alexia.

Con tanta producción y variedad de disfraces, partiendo por los propios, Bernardo y Claudia premiaron a todos. Y no faltaron las oportunidades de crear escenas divertidas: Un baile de YMCA con tres integrantes, el jeque y su harém de bellezas y las tentaciones del monje, entre otras.

Antecesoras de Marilyn

Isabel y Dani, posando para la foto frente a El Minero en Chuquicamata. Marilyn Monroe les copió la escena, no cabe duda.

Reunidos en verano

Dani, Pedro, José y Esteban durante una visita a Mileen y la Aba en el verano de 2007.

La Aba a los 15 años

Especialmente dedicada para la cuarta y quinta generación de miembros y asociados de la familia Lilayú en Chile y otros puntos del mundo, algunos (as) aficionados a poner sus fotos en el cibespacio en fotologs, aquí va un retrato especial de la Aba, "Esthervina Ortiz Reyes" (nótese que ella escribía su nombre con hache intermedia), tomado en la Oficina Ramírez, el 11 de enero de 1924. La foto está dedicada a su abuelita. Muchos años después, ella misma escribió al reverso de esa foto que tenía 15 años al momento del retrato. Gran parte de la historia de nuestra familia transcurrió en el norte de Chile, en las oficinas salitreras, en tierras inhóspitas para un cualquier persona. Pero donde al fin y al cabo, surgió nuestra familia.

Adios Estervina

Iba a cumplir 98 años el próximo 8 de mayo. Una larga, larga vida que se inició en los cerros de Hualañé, al ladito de Licantén. De ser una "simple niña campesina" que disfrutaba de la vida al aire libre y le gustaba mirar las estrellas de noche, pasó a ser una hermosa jovencita de la pampa nortina porque su familia se trasladó con los enganches a las salitreras. Allá conoció a Felipe Lilayú y, según contaba ella, por unas inocentes conversaciones con él, su padre los obligó a casarse. A los 15 años tuvo a su primer hijo, Osman, y a los 20 ya era madre de otros tres: Sergio, Ayleen y Mileen.

Estudió corte y confección, habilidades que cultivó por mucho tiempo junto a otras manualidades como el tejido a crochet y la confección de juguetes. Siempre se enorgullecía de que, a pesar de haber estudiado sólo unos pocos cursos de enseñanza básica, había sabido desenvolverse en la vida. Decía que hubiese querido ser escritora, astrónoma, geóloga. Fantaseaba con encontrar oro, en un rincón de su jardín, en uno de los cerros de su terreno de Hualañé...

Su vida transcurrió en en distintos pueblos y ciudades del norte: Huara, Pisagua, Iquique, Copiapó, Calama y Coquimbo. Sin duda, el puerto del pirata fue su ciudad favorita, al igual que la casa que construyó con su propio ingenio y presupuesto, y donde sus hijos y nietos se reunieron a pasar muchas vacaciones de verano, creando memorias y momentos de unidad familiar.

Le encantaba viajar y pasear. Siendo ya anciana, se atrevió a manejar un Austin Mini, y mientras pudo hacerlo, se arrancaba sola al Valle de Elqui o Andacollo a dar un paseo.

Así fue Estervina Ortiz de Lilayú. Así fue la madre, la abuela, la bisabuela, la tatarabuela de todos nosotros. Así fue la Aba, como quiso que la llamaran los más chicos.

Se fue de este mundo el 3 de mayo de 2007. Larga vida en nuestros genes chilenos.

Encuentro nortino

Este verano 2007, Coquimbo reunió por un día a Alexander y Moni con sus respectivas familias. Fuimos por el día a Andacollo, donde recorrimos los famosos templos antiguo y nuevo (o no tan nuevo) y escuchamos atentamente las explicaciones de un minero buscador de oro en un trapiche. Justamente en ese lugar, Winnie Pex aprovechó de volver a sus raíces mineras y se fotografió con todo el atuendo correspondiente.

Al burro lo encontraron Alexander y sus tres hijos en el desierto. Eso sí no es "Ruperto", el rostro de la pisquera Artesanos del Cochiguaz, porque ese asno está con licencia médica por tanto acoso de los turistas.

Para que nos identifiquen a todos, en la primera foto estamos: Alexander padre, Edith (Moni) con Alejandro, René, Mileen Su, Consuelo, Cristián, Leonardo y Alexander hijo.